Uno de los riesgos más letales y latentes en cualquier a de estos ambientes es el riesgo de incendios. Si bien es cierto que existen muchas maneras para combatirlos directamente, como mangueras o extintores, salidas de emergencia, etc. también hay que tomar muy en cuenta la presencia de otro elemento, que puede darnos un margen de tiempo mucho mayor para sofocar el incendio y, en última instancia, salvar nuestra integridad física e incluso nuestras vidas.
Hablo de los detectores de humo, estos pequeños aparatos se inventaron hace ya un buen tiempo y tanta ha sido su popularidad, que se consiguen a precios sumamente económicos, y suelen colocarse en grandes cantidades en edificios, casas y locales laborales para la prevención de incendios.
Los detectores de humo pueden ser del tipo de ionización y los del tipo fotoeléctrico. Los del tipo de ionización reaccionan más rápido ante las llamas abiertas y generalmente son los más baratos. Los del tipo fotoeléctrico reaccionan más rápido ante las llamas ardientes y son menos propensos a activarse. Lo importante es que ambos tipos proporcionan una buena protección.
La seguridad nunca está de más, y los incendios son cosa seria, por eso traten de adquirir detectores de humo, informarse sobre ellos y utilizarlos, sobre todo si en su ambiente laboral u hogareño creen que puede haber riesgos de incendio. Recuerden que son baratos y fáciles de conseguir. Es preferible tener que correr del humo que de las llamas.